¿Te has preguntado alguna vez por qué los productos
panificados suelen ser eliminados o reducidos de nuestra dieta en muchos
tratamientos médicos y también adelgazantes? Asimismo, ¿por qué los alimentos
integrales son cada vez más populares?
Desde siempre nos han hecho creer que la harina blanca es
mejor que otras, ya es hora de empezar a derribar ese mito. La harina refinada
es la causante de una mayor propensión a enfermedades del corazón y sobrepeso.
Como no hay mucha información sobre la harina integral y además ésta suele ser
un poco más costosa, se elige la blanca que además se considera con más sabor.
Pero tal vez no sepas aun que la harina refinada no tiene valores nutricionales
para nuestro organismo y el proceso que se utiliza para blanquearla no es nada
saludable. Sólo aporta hidratos de carbono de mala calidad, que ayudan a
almacenar grasas y es por esto que nos hacen engordar. Por si fuera poco, se ha
confirmado que donde se almacenan los sacos de harina blanca no entran insectos
porque éstos no la consideran un alimento, se puede pensar entonces lo dañina
que es para la salud de las personas y demostrado ha quedado ya que los que
consumen demasiada harina refinada tienen más posibilidades de padecer
diabetes, problemas gástricos y cardiovasculares, presión alta y obesidad. Los
estudios médicos afirman que cuánto más harina blanca se coma, el cuerpo deberá
fabricar más insulina, lo que promueve el almacenamiento de grasas. Por esto es
por lo que se aumenta tan rápido de peso y también los niveles de
triglicéridos, causando así enfermedades cardíacas. Mientras, el páncreas tiene
que trabajar más para que se forme insulina llegando a fallar en su función y
generándose así la diabetes de tipo 2.
Por el contrario, la harina integral o de grano entero,
tiene un sabor más concentrado y natural. Nos aporta vitaminas, proteínas y
minerales, siendo más nutritiva que la refinada porque no ha perdido su valor
con ningún tipo de proceso químico de blanqueamiento, por eso su color es
amarronado, como los cereales que la componen. A su vez, contiene
macronutrientes del salvado o del germen de trigo, como son las proteínas y
fibras tan necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro tránsito
intestinal. Al consumir el grano entero o hidratos de carbono completos, tu
cuerpo recibirá también selenio, hierro y calcio.
Y tú, ¿has probado ya la harina integral? ¿Te gustaría
eliminar la harina refinada de tu dieta?
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